El milagro de ser padres

Ángela Arreaza Gutiérrez y Rodrigo Escobar Gómez esperan a su primer hijo después recibir tratamiento en la Clínica Universidad de La Sabana.

“A finales de 2015, luego de llevar más de un año intentando quedar en embarazo, decidimos llamar al doctor Fabio Gómez, coordinador del programa de fertilidad de la Clínica Universidad de La Sabana, quien había sido recomendado por una de mis cuñadas, y programar una cita. En ese momento tenía 40 años. Mi esposo Rodrigo y yo teníamos el sueño de ser padres.

Esa primera cita fue difícil. Por primera vez me hablaron de infertilidad y lo sentí como una sentencia definitiva. Sin embargo, el doctor me explicó que la infertilidad es reversible y que lo más importante era determinar la causa del problema. Por mi edad, estábamos corriendo contra el tiempo.

Luego de una serie de exámenes, en febrero de 2016 me realizaron una cirugía para extraer un pólipo y corregir algunos problemas en mis trompas de Falopio. Al salir de la sala, el doctor me dijo orgulloso: ‘Encontramos la causa’. Se refería a una endometriosis. Después de la cirugía, nos explicó que la llaman ‘la enfermedad enigmática’, porque después de muchos años de estudiarla aún no saben la razón por la cual aparece. Esta es una causa de infertilidad en mayor o menor grado y era indispensable corregirla para continuar con el tratamiento. Fue como si el doctor hubiera sabido desde el principio que ese era el problema. Mi esposo y yo confirmamos que realmente sabía lo que hacía.

Cinco meses después de la cirugía tuvimos nuestro primer embarazo. Desafortunadamente resultó ser un embarazo anembrionario (el óvulo es fertilizado, pero no se desarrolla), que se perdió de manera espontánea. Fue un golpe terrible.

A pesar de la tristeza seguimos intentando bajo el cuidado y la guía del doctor, quien siempre muy optimista. Él nos decía: ‘Dios premia la perseverancia’. Sin embargo, los tratamientos no funcionaban y aparecieron algunos síntomas de que la endometriosis había resurgido. En enero del 2018 me realizaron una segunda laparoscopia que la corrigió de nuevo. Después se presentaron algunas complicaciones por mi edad, pero el doctor, positivo y confiado, nos animó a seguir y no perder las esperanzas. Gracias a él y al trabajo en equipo del personal de la Clínica Universidad de La Sabana hoy tenemos cinco meses de embarazo. Aún es difícil de creer.

Estamos muy agradecidos con la Clínica Universidad de La Sabana. Pasaron varios años de tratamiento y ya el personal nos conoce y nos trata con familiaridad. La respuesta y la emoción que nos han transmitido han hecho aún más grande y maravilloso este momento. El esfuerzo, la dedicación y el profesionalismo de su gente hace posible que personas como nosotros podamos cumplir el sueño de ser padres. Gracias al doctor y su equipo de la Unidad para el Manejo de la Pareja Infértil, el milagro de la vida se nos ha dado. Dios premió la perseverancia”.

Testimonio de Ángela Arreaza Gutiérrez.