“Cuando regrese a mi carrera y pueda trabajar, podré enseñarles a mis estudiantes a no rendirse y a afrontar las dificultades"

“Cuando regrese a mi carrera y pueda trabajar, podré enseñarles a mis estudiantes a no rendirse y a afrontar las dificultades, sin importar lo difíciles que parezcan”, dice María Alejandra Bello de 24 años, quien fue diagnosticada con una ataxia espinocerebelosa, tras sufrir por varios meses de los síntomas. “Empecé a sentir que perdía el equilibrio, no lograba coordinar y se me enredaba la lengua al pronunciar”, cuenta María Alejandra.

La estudiante realizó una pausa en su carrera (Pedagogía Infantil) e ingresó en el Proceso Interdisciplinario de Rehabilitación (pir®). “Lo más difícil fue aplazar mi carrera y, por cuatro meses, no hacer nada además de la rehabilitación”, dice María Alejandra. “Durante las terapias, fue duro caminar y estabilizar mis piernas: me temblaban y no podía coordinar, estabilizarme, ni seguir las indicaciones; pero sabía que estaba en muy buenas manos y que me iban a apoyar para salir adelante. Mi mayor aprendizaje fue que muchas veces uno tiene que caer para aprender, y que siempre se puede salir adelante a pesar de las dificultades”, narra la estudiante.

“Tras cuatro meses dentro del pir®, el avance ha sido evidente, no solo físicamente, sino también psicológica y mentalmente. El proceso la ha ayudado mucho”, afirma Leonardo Bello, padre de María Alejandra. “Ya no tengo tanto desequilibrio y puedo coordinar mejor las cosas”, expresa la joven.

María Alejandra se graduó del pir® y ya puede regresar a concluir sus estudios y retomar sus roles profesional, personal y familiar. “Mi plan es retomar mis estudios; y posteriormente conseguir un trabajo donde pueda inculcar en los niños la esperanza y las herramientas para afrontar las dificultades y desarrollar una vida totalmente normal”, enfatiza María Alejandra.