Según Tatiana Barreto, psicóloga de la Clínica Universidad de La Sabana, comprar de forma compulsiva puede convertirse en una adicción que recibe el nombre de oniomanía, un trastorno psicológico cuyo síntoma es un deseo desenfrenado por comprar sin una necesidad real.

Las compras compulsivas se generan por diferentes creencias. “Algunas de estas son fundadas en la infancia, como ‘cuanto más tienes, más feliz eres’. Las situaciones de dolor o molestia se pueden consolar con objetos; por ejemplo, cuando le aplican una inyección a un niño, se le premia con un helado o un dulce. Además, existe la satisfacción de ‘ser un vivo’ al comprar con descuentos, así los productos sean innecesarios”, explica Barreto.

María Teresa Macías, profesora del Departamento de Finanzas de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas (EICEA), indica que “la compra compulsiva tiene rasgos psicológicos. Las personas que caen en ella suelen sufrir de problemas de ansiedad que tratan de controlar comprando cosas que no necesitan, usando sus tarjetas de crédito a tope y viviendo con los bolsillos vacíos”. Además, Macías afirma que “mantener un uso racional de los gastos, planear y cotizar las compras redundan en una mejor calidad de vida”.

Por lo tanto, es importante tener autocontrol a la hora de comprar y, en caso de que exista una posible adicción, reconocerla e ingresar en un programa de apoyo terapéutico. En este, se identificarán las emociones que respaldan la actividad y el impulso, al tiempo que se modificará la rutina y se dejará la adicción poco a poco.

¿Eres un comprador compulsivo?

• ¿Compras objetos que no necesitas o no son útiles?

• ¿Hay cosas que hayas comprado que se encuentren sin usar e, incluso, en su empaque?

• ¿Gastas más de lo que puedes pagar?

• ¿Compras solo porque hay descuentos, así no necesites los productos?

• ¿Compras con la tarjeta de crédito sin saber cómo vas a pagarla?

• ¿Sientes culpa después de comprar?

• ¿Ocultas a tus amigos y familiares el número de compras que realizas?